Nadie sabe el lugar donde están las cosas

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Irrupciones, Mario Levrero

Durante años, en la época en que escribía en las paredes y permitía que las visitas también escribieran, tuve anotada una frase que ahora me volvió de golpe a la memoria. La habíamos oído, si no recuerdo mal, en un boliche, con Rubén Kanalenstein. Decía:
«Nadie sabe el lugar donde están las cosas».
Nos había parecido cargada de sentido.

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JuanChukofis: «Volá de acá» es lo que pondría si no debiera ser políticamente correcto. No creo que a muchos les importe demasiado lo que pueda poner acá, salvo a los cholulos, es decir, todos o casi todos. Claro que el «todos» a veces alcanza a contarlo con los dedos de una mano, y sobra. Juan Chukofis podría ser una persona como no. Un ser imaginario, anónimo, con trastorno obsesivo compulsivo de ansia de fama. Un personaje que nace de la mala dicción de una frase en inglés. De la espanglización, de la convivencia de dos idiomas en un inconsciente colectivo. En este momento podría estar en Ñu York con su alter ego pidiendo chu coffees en Estarbucks.

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